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Como una landing page diseñada para prospeccion ABM

Cómo crear una landing page que enamore a cuentas clave

El peligro de hablarle a todos (y no a nadie en especial)

Imaginate que entrás a una tienda y alguien te dice: “¡Hola! Tenemos cosas para todos. Lo que sea que necesites, lo tenemos.”
¿Y vos qué hacés? Probablemente levantás una ceja, mirás alrededor y pensás: “¿Esto es para mí… o para cualquiera?”

Bueno, eso mismo pasa cuando tu landing page intenta hablarle a todo el mundo. Y lo que suele pasar es que no le habla realmente a nadie.

Sí, entendemos la tentación. Tu servicio es bueno. Sirve para varias industrias. Podés ayudar a muchas empresas. Pero si no elegís bien a quién le hablás, tu mensaje se vuelve genérico, tibio… y olvidable.

Decir demasiado es como no decir nada

Cuando diseñás una landing page, tenés un espacio muy valioso y limitado para captar la atención. Tenés que aprovecharlo bien.
Y decir: “Ayudamos a empresas a crecer con soluciones digitales personalizadas para todos los sectores” no es aprovecharlo bien.
Eso no conecta con nadie. Es como tratar de atrapar con una red gigante… y al final, no pescar ni una mojarrita.

landing page para tu prospeccion ABM

Una buena landing page no tiene que ser para todos. Tiene que ser para alguien en particular. Para una cuenta clave. Para un perfil que realmente te interese. Ahí es donde entra el ABM al rescate. Marketing ABM por que y para que
En lugar de hablarle al “mercado”, le hablás a una persona específica, de una empresa específica, con un problema muy real.

¿Y si el problema no es tu oferta, sino cómo la mostrás?

Uno de los errores más comunes en marketing B2B es asumir que la solución es lo único que importa.
Pero si esa solución no está bien presentada, si no se adapta al lenguaje, dolores y contexto de quien la recibe… se pierde.
La clave no es solo tener una buena oferta. Es tener una oferta que suene como hecha a medida para quien visita tu landing page.

Por ejemplo, si querés llegar a directores comerciales de empresas industriales, tu lenguaje debe hablar de eficiencia, integración con sistemas, reducción de fricciones.
No hables de “potenciar tu presencia online con soluciones personalizadas”.
Hablá de cómo vas a ayudar a su equipo a cerrar más ventas sin agregarles más trabajo operativo.

Eso es personalizar. Eso es estrategia.
Y eso es lo que hace la diferencia entre una visita que rebota… y una reunión agendada.

Lo que no se segmenta, no se vende

Hay algo que duele, pero hay que decirlo: si todo el mundo puede ser tu cliente, entonces nadie se siente especial cuando llega a tu sitio.
Tu landing page no puede ser un catálogo de supermercado. Tiene que ser una carta dirigida.
Y una buena carta empieza con el nombre del destinatario, no con un “a quien corresponda”.

El Account-Based Marketing (ABM) te obliga a elegir. A decidir a quién vale la pena dedicarle tiempo, recursos y un mensaje hecho a mano.
Eso no solo aumenta la tasa de conversión. Aumenta también la calidad de las conversaciones posteriores.
Porque cuando alguien se siente entendido, escucha distinto. Te abre la puerta. Y, con suerte, también el presupuesto.

¿Qué deberías hacer desde hoy?

Muy simple: elegí a quién querés conquistar. Hacé una lista de tus cuentas ideales. Pensá en qué dolores tienen.
Y escribí tu landing page como si fuera un mensaje personalizado solo para ellos.
No hace falta nombrarlos con nombre y apellido (aunque si podés, mejor). Pero sí tiene que sonar como si los conocieras.
Y ojo: esto no es solo redacción. También es diseño, imágenes, videos, testimonios y hasta el tipo de formulario que usás.

¿Querés atraer a una pyme exportadora? Mostrá casos de éxito en comercio exterior.
¿Querés hablarle a gerentes de IT? Usá métricas, dashboards y menciones a seguridad o escalabilidad.
La clave es enfocarte. Porque cuando hablás como experto para un nicho específico, el lector dice: “¡Ey! Esto es justo lo que estaba buscando”.

En resumen: especializá tu landing y ganás clientes

No intentes hablarle a todos.
Convertí tu landing page en una herramienta quirúrgica: enfocada, precisa y con un objetivo claro.
Menos es más.
Más personalización, más conversiones.
Y sí, más reuniones que importan.

El diseño bonito enamora… pero no vende solo

Todos amamos lo visual. Un diseño con colores armónicos, fotos de stock perfectas y fuentes elegantes puede hacernos suspirar. Pero si estás creando una landing page, hay una verdad incómoda que tenés que saber: el diseño bonito no convierte por sí solo. Y menos en un entorno B2B, donde las decisiones no se toman por impulso sino por estrategia.

¿Querés una landing que parezca una obra de arte? Genial. Pero si los visitantes no entienden qué hacés, para quién lo hacés y por qué deberían dejarte sus datos… no sirve de nada. La belleza vacía es como una vidriera espectacular con la puerta cerrada. Se ve linda desde afuera, pero nadie entra.

Y acá está el problema: muchas pymes caen en la trampa del “diseño Pinterest”. Sitios que parecen modernos pero están más pensados para gustar que para guiar al usuario hacia una acción. Si tu landing page no genera clics, formularios completos o reuniones agendadas, entonces no está haciendo su trabajo. Así de simple.

Diseño estratégico: el verdadero ganador silencioso

El diseño estratégico no siempre llama la atención. Pero sí guía, ordena, y sobre todo, conduce a resultados medibles. Un botón bien ubicado, una jerarquía visual clara y un texto directo valen más que mil animaciones. Especialmente cuando tu objetivo es captar leads cualificados en un proceso ABM.

¿Y sabés qué es lo más loco? Que muchas de las landing pages que mejor convierten… ¡ni siquiera son lindas! Pero funcionan como un GPS para el visitante. Le dicen por dónde ir, qué leer primero, cómo avanzar y por qué confiar. Es como un buen guía de turismo: no hace que el paisaje sea más lindo, pero te lleva directo a los mejores lugares.

Pensalo así: el diseño estratégico no necesita gritar. Con sutileza y estructura, logra que cada visitante entienda el mensaje, encuentre lo que busca y dé el siguiente paso. Y eso es justamente lo que querés cuando tenés una estrategia de marketing basada en cuentas. Nada de rodeos.

Cuando lo visual y lo estratégico se dan la mano

Ahora bien, no es que haya que elegir uno u otro. Lo ideal es lograr el equilibrio entre diseño atractivo y funcionalidad orientada a objetivos. Que sea lindo, sí, pero con un propósito detrás de cada elemento.

Tu landing page puede tener una estética pulida y profesional, pero cada bloque de contenido tiene que estar donde aporta valor. Cada imagen debe reforzar el mensaje. Cada espacio en blanco debe invitar a avanzar. No es decoración, es estrategia visual.

Por ejemplo, ¿sabías que cambiar el color de un botón puede aumentar las conversiones hasta un 20%? ¿O que un título con valor concreto convierte tres veces más que una frase creativa pero ambigua? Estos pequeños detalles son el alma del diseño estratégico.

Y esto es clave en ABM: cuando sabés exactamente a quién le hablás, tu diseño puede afinarse al máximo. No necesitás gustarle a todos. Solo a los que importan. Por eso, menos “wow” y más “¡quiero saber más!”.

¿Cómo saber si tu landing page está funcionando?

Una buena regla para evaluar tu página es esta: mostrasela a alguien que no conozca tu empresa por 10 segundos. ¿Entendió qué hacés? ¿A quién ayudás? ¿Qué tiene que hacer ahora? Si la respuesta es no, algo falla.

También podés mirar tus métricas: ¿cuántas visitas tenés vs. cuántos formularios completados? Si el número es bajo, probablemente tu diseño esté priorizando la forma sobre el fondo. Y ojo, no estamos hablando de rehacer todo desde cero. Muchas veces, pequeños cambios hacen una gran diferencia.

Probá reducir la cantidad de textos. Simplificá la navegación. Subí el CTA. Sumá una prueba social o un beneficio concreto arriba del pliegue. Cada decisión cuenta. Cada clic es oro. Y tu diseño tiene que trabajar a tu favor, no en contra.

Conclusión: belleza con cerebro, esa es la fórmul

No se trata de tener una landing page que “se vea bien”. Se trata de tener una página que funcione, que convenza, que genere acción. Y si además se ve moderna, profesional y coherente con tu marca, mejor todavía.

La próxima vez que estés diseñando una landing, preguntate esto: ¿Esto se ve bien o guía bien? ¿Hace que la persona avance o simplemente le agrada? Porque en marketing B2B, los gustos no pagan las cuentas. Los resultados, sí.

CTA tibios: cómo escribir llamados que actúan

Con un tono directo, divertido y orientado al lector. Contiene más de 650 palabras y está suavemente optimizada para landing page sin abusar de la keyword.

El problema con los CTA que no dicen nada

Viste esas landing pages que te muestran un botón con un triste “Enviar” o un genérico “Más información”… Bueno, eso es un CTA tibio. Y los CTAs tibios no venden. No inspiran. No activan nada.

Un Call to Action tiene una misión clara: lograr que la persona dé el siguiente paso. No está para decorar. Tampoco para cumplir. Está para hacer que alguien haga clic con ganas, con sentido, con dirección.

¿Querés que tu CTA sea algo más que un botón que nadie toca? Entonces no puede sonar como si lo escribió un robot o alguien con miedo a molestar. Tiene que tener carácter.

Y si estás usando una landing page como parte de tu estrategia ABM, más vale que ese botón hable fuerte y claro. Porque no estás atrayendo a cualquiera. Estás hablando con empresas clave. Con decisores reales. Con gente ocupada.

Llamá a la acción… con acción

Un buen CTA no es solo un verbo. Es una promesa condensada. Una mini historia que arranca con un clic.

Fijate en estos ejemplos:

  • En lugar de “Enviar” → Descargá la guía y vendé más
  • En vez de “Más info” → Mirá cómo otras empresas ya lo están usando
  • ¿Pensando en “Contáctanos”? Mejor → Agendá una llamada y contanos tu caso

Lo ves, ¿no? Son frases que invitan. Que hablan de beneficios. Que suenan más a una conversación que a un formulario judicial.

Y ojo, tampoco se trata de ser graciosos o creativos porque sí. La clave es que el lector sienta que el clic vale la pena. Que detrás hay algo útil.

Si estás creando una landing page para cuentas ABM, no te olvides que cada palabra cuenta. Y la que está en tu botón, cuenta el doble.

CTA según el tipo de contenido

No todos los botones nacen iguales. Un CTA para una descarga no es igual al de una demo. Ni al de un diagnóstico gratuito.

La magia está en adaptar el mensaje al contexto del contenido. Mirá estas ideas:

  • Si ofrecés una guía → Quiero la guía completa ahora
  • Para una demo → Mostrame cómo funciona, sin compromiso
  • Para una reunión → Reservá tu espacio y hablemos de negocios
  • Para una landing page de contenido exclusivo → Accedé gratis por tiempo limitado

¿Ves lo que tienen en común? Hablan en primera persona. Dan una pista de lo que viene. Transmiten urgencia sin ser intensos.

Y sobre todo: suenan humanos. Porque nadie quiere hacer clic en algo que parece sacado de una app de banco de los 2000.

CTA y diseño: la pareja inseparable

No alcanza con escribir el mejor texto del mundo si tu botón está escondido, es del mismo color que el fondo o parece un subtítulo más.

Acá van unas buenas prácticas de diseño para que tu CTA tenga presencia (sin gritar):

  • Usá contraste, pero sin cegar al usuario
  • Asegurate que se vea bien tanto en móvil como en desktop
  • Ponelo en un lugar lógico (después de explicar algo, no antes)
  • Dale un poco de espacio para respirar, no lo aprietes entre párrafos

Una buena landing page no es una mezcla de cosas lindas. Es una arquitectura pensada para guiar la atención. Y el CTA es la puerta de salida al siguiente paso.

CTA y ABM: cuando el botón vale oro

Cuando hacés ABM, no estás jugando al volumen. Estás hablando con empresas que elegiste a mano. A las que vos querés como clientes.

Entonces, ese botón no es un simple cierre. Es el puente que conecta tu propuesta con una conversación real. Por eso, el CTA tiene que decir algo más que “hacé clic”.

Tiene que decir: “Sé que esto te importa. Y te invito a que lo hablemos en serio.”

Poné el foco en el beneficio inmediato, usá un tono directo, y recordá: si no te dan ganas de hacer clic vos mismo, es que algo está flojo.

CTA que no suenan a CTA

Si querés subir un nivel, podés romper el molde. Usar frases que no parezcan CTA tradicionales, pero que igual generen acción. Por ejemplo:

  • “Sí, quiero dejar de perder oportunidades”
  • “Estoy listo para que me vean los que importan”
  • “Necesito esto en mi equipo ya”

Son mensajes que se sienten auténticos, que conectan con una necesidad concreta y que activan el clic desde lo emocional.

Y eso, en una landing page, es oro puro.

Primero lo primero: ¿Qué querés lograr con tu landing page?

Una landing page no es solo una “página bonita”. Es una herramienta de precisión. Como un bisturí para el marketing B2B.
Cuando hacés ABM (Account-Based Marketing), no apuntás al “mercado”. Apuntás a cuentas concretas. A empresas con nombre, apellido y decisión de compra. Por eso, tu landing tiene que estar diseñada para ellas. Y solo para ellas.

Si querés hablarle a todos, nadie se va a sentir realmente interpelado. Pero si armás una página que le hable directo a un CEO logístico de una pyme peruana que exporta a Asia, te juro que va a pensar: “Che, ¿esto me lo escribieron a mí?”

Y eso, querido lector, es exactamente lo que queremos.

Personalización real, no solo poner el nombre

Cuando se habla de personalizar, muchos piensan en usar el nombre del contacto en el título. Pero no alcanza.
La personalización en ABM se trata de mostrar que entendés el contexto del cliente. Su industria, sus dolores, sus metas.

Una landing page alineada con tu estrategia ABM tiene que mostrar mensajes que encajen como si fueran piezas de Tetris con cada cuenta objetivo.
¿Tu cliente ideal está en el agro? Mostrale ejemplos y casos del sector. ¿Vende software a bancos? Que tu lenguaje y ejemplos respiren finanzas.

Y no te olvides del tono. No es lo mismo hablarle a un founder millennial que a un gerente de operaciones con 30 años de trayectoria. Tu página tiene que sonar como ellos, no como vos.

Diseño: simple, claro y con foco en decisiones

¿Sabés qué es lo más común en las landing pages que no convierten? Están pensadas para lucirse… no para decidir.
Tu estrategia ABM necesita acción, no contemplación.

El diseño de tu landing tiene que facilitar que el visitante tome una decisión. No que se quede “mirando un rato”.
Acá van tres reglas de oro: una sola propuesta de valor, un solo llamado a la acción claro, y cero distracciones innecesarias.

Nada de botones que dicen “Leer más” o “Descubrí nuestro blog”. ¿Querés que te agenden una reunión? Hacelo simple:
👉 “Agendá tu llamada”
👉 “Solicitá una demo personalizada”
👉 “Hablemos de tus objetivos”

Además, asegurate de que la landing cargue rápido. En serio. Si tarda más de tres segundos, perdiste la mitad del tráfico.

Contenido que refleje tu estrategia de cuentas

Una buena estrategia ABM empieza con segmentación. ¿Quiénes son tus cuentas clave? ¿Qué desafíos enfrentan? ¿Cómo les podés ayudar?
Una buena landing page lo refleja desde el primer scroll.

Eso no significa poner todo en la página. Significa poner solo lo que importa para ese segmento específico.

Si estás hablando con empresas medianas que no tienen área comercial, contales cómo pueden externalizar su prospección sin perder el control.
Si tu público son gerentes de exportación, enfocá el mensaje en eficiencia, automatización y trazabilidad comercial.

No tengas miedo de tener varias landing pages para distintos perfiles. Es más trabajo, sí. Pero también es más efectivo.
No se trata de hacer una única página “comodín”, sino muchas páginas que sean “carta personalizada” para cada tipo de cuenta.

CTA: que no suene como un vendedor apurado

En ABM, el CTA (Call To Action) es la frutilla del postre. Tiene que sonar natural, como una invitación, no como un empujón.
Nada de “¡Aprovechá ya nuestra superpromo!” Eso queda bárbaro en e-commerce, pero en ventas B2B de valor, no cuela.

Probá con frases más conversacionales.
🟢 “¿Charlamos 10 minutos y veo si puedo ayudarte?”
🟢 “¿Querés que revisemos juntos tu estrategia actual?”
🟢 “Te muestro cómo otras empresas lo están resolviendo”

Así bajás barreras y generás confianza desde el primer clic.

Y no te olvides: tu CTA tiene que estar presente varias veces en la landing, pero sin agobiar. Al principio, en el medio, y al final. Como quien deja la puerta abierta por si el otro se anima.

En resumen: no es diseño, es estrategia con nombre y apellido

Una landing page dentro de una estrategia ABM no es un folleto digital. Es una carta directa a quien toma la decisión.
Si hacés que cada palabra, color y CTA estén pensados para esa cuenta clave… te vas a sorprender con los resultados.

Tu cliente ideal no necesita más información. Necesita claridad.
Y eso, amigo marketer, es exactamente lo que una buena landing page alineada con ABM puede (y debe) lograr.

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